Con los cambios de temperatura y la transición de las estaciones del año aparecen los primeros resfríos. También aparecen los amigos y familiares que apoyados en un saber popular, nos dicen que debemos consumir más vitamina C, igualmente conocida como ácido ascórbico.
Entonces, ¿podemos decir que la vitamina C puede curar
un resfrío común? En realidad si durante el resfrío consumimos dosis elevadas,
o cantidades equivalentes a la recomendación diaria, puede contribuir a reducir la duración de los síntomas, pero no
ayuda a prevenirlo. Por lo que consumir mega dosis de vitamina C a diario, como
contienen algunos comprimidos, no nos ayudara a evitarlo.
Sin embargo,
la vitamina C cumple otras funciones de suma importancia para mantener el
cuerpo sano: es un potente antioxidante, previene el envejecimiento prematuro y
algunas enfermedades degenerativas tales
como: la arterioesclerosis, el cáncer y el Alzheimer. Además facilita la absorción del hierro que
está presente en las legumbres y algunas verduras. Es por dicho motivo que se
aconseja condimentar las ensaladas con limón, o consumir una fruta cítrica
después de consumir comidas con legumbres tales como: lentejas, garbanzos, porotos
alubia, porotos aduki.
¿Cuánto debemos consumir de Vitamina C por
día?
Primero
debemos saber que las recomendaciones de ingesta diaria se realizan sobre las
bases del conocimiento científico, y cuyas cantidades se consideran adecuadas
para cubrir las necesidades nutricionales de prácticamente todas las personas
sanas. La recomendación para la vitamina C, realizada por la Academia Nacional
de Ciencia de Estados Unidos, es de: 75
miligramos para las mujeres y 90 miligramos para los hombres por día.
Estas
recomendaciones son fáciles de cubrir con alimentos, pero debemos saber que el
contenido de vitamina C depende de varios factores como el tipo y variedad de
fruta y vegetal, la época de cosecha, las condiciones y el tiempo de
almacenamiento antes de su consumo. Podemos encontrar cantidades relativamente
elevada de vitamina C en las frutas y las verduras frescas, tales como: pimiento
colorado, berro, kiwi, brócoli, repollitos de bruselas, coliflor, naranja,
pomelo. Otras con menor contenido son: repollo, pomelo, acelga, espinaca,
frambuesas y tomate.
Pero… ¿Qué debemos consumir para alcanzar
la recomendación?
Cómo dije
anteriormente la concentración de la vitamina C depende de diversos factores,
así que aquí van algunos ejemplos aproximados: un kiwi, una taza de brócoli o
repollitos de bruselas cocidos, medio pimiento colorado chico, 1 naranja o
pomelo grande.
Hay que tener
en cuenta que la Vitamina C es termolábil, esto significa que se altera con
facilidad con la acción del calor, por eso es aconsejable siempre que se pueda
consumir los vegetales y las frutas crudas.
Alcanzar las
recomendaciones de Vitamina C ingiriendo alimentos en vez de pastillas o
comprimidos, no es difícil, es más, si nos habituamos a consumir varias
porciones al día de verduras y frutas, estaremos seguros de cubrir las
necesidades. Si esto no es así deberán realizar algunos cambios en su
alimentación actual, para asegurarse una nutrición adecuada.
Hoy en día, existen
en el mercado algunos productos alimenticios que son fortificados, la industria
decide adicionarle algunos nutrientes, como es el caso de la Vitamina C. En
nuestro país podemos encontrar leches, jugos y algunos cereales fortificados.
¡Ojo los fumadores!
Estos necesitan cantidades superiores de esta vitamina a consecuencia del estrés
oxidativo provocado por el tabaco. La recomendación para esta población
asciende a: 110 miligramos y 125
miligramos por día para las mujeres y los hombres respectivamente. Pero a no
desesperarse, como vimos anteriormente, cubrir las recomendaciones con
alimentos es sencillo. Sólo debemos asegurarnos de consumir regularmente frutas
y verduras, elegir todos los días una fruta cítrica o una porción de verduras
con elevado contenido de vitamina C.
Los
suplementos de vitamina C o los multivitáminicos suelen contener cantidades que
superan las recomendaciones, pero generalmente solo se absorbe la mitad porque
al ser sintética su biodisponibilidad es menor.
Algunos de
los efectos adversos que se han reconocido, por la toma de vitamina C sintética
en grandes cantidades, son trastornos gastrointestinales como: náuseas,
diarrea, flatulencia y distención abdominal; Es aconsejable consultar a su
médico de cabecera antes de tomar algún producto similar.